Grito la lluvia,
a Tláloc
• La zona arqueológica del centro ceremonial de Coatepec, está lleno de mitos, en donde se encuentra también “La Cueva del Diablo, dice el investigador Edmundo Delgado •
Los pedidores e invocadores de la lluvia en la zona arqueológica del centro ceremonial de Coatepec. |
En Yactépetl
(cerro de serpientes), zona arqueológica del centro ceremonial de Coatepec, sus
cerros que la rodean están llenos de mitos, en donde se encuentra también “La
Cueva del Diablo, dice el investigador Edmundo Delgado Apolinar; también allá,
al fondo, se observa lo que fue la antigua carretera de terracería
Iguala-Teloloapan, hace muchos años.
En Coatepec,
comunidad de Teloloapan, Guerrero hay un porcentaje del 72 por ciento de
población indígena, tierra de la abuela de Cuauhtémoc.
El ascenso al Momoxtle. |
Desde muy temprano
el grupo de danzantes y rezanderos que encabeza la primera palabra, José
Trujillo Barrera, iniciaron el ascenso hasta la cima acompañados por Edmundo
Delgado, para hacer el ritual de petición de lluvias, asociado al ciclo
agrícola durante la celebración del 1, 2, 3 y 4 de mayo, también dedicado al
Día de la Santa Cruz.
Coatepec se
localiza en el centro de la región septentrional de Guerrero y colinda al norte
con Meacatzingo y la Hacienda de Oculixtlahuacán; al oeste con Xalostoc y
Pachivia; al sur con El Calvario, La Concordia y Chilacachapa; al sureste con
Cocula, y al este con Tonalapa del Río, Tlacuitlapa, Ahuehuepan e Iguala.
SUBIDA
AL MOMOXTLE
Caminos y veredas
culebrean durante la subida al momoxtle, irrumpida con piedras de todos tamaños
como si en esta zona se hubiera estrellado, hace miles de años, algún aerolito.
Así, la vegetación dominada por árboles de diversas especies: tepeguajes,
copales, cazahuates, encinos y hasta árboles de guayaba.
Acompañan al
investigador Delgado Apolinar al calpulli tlalipilli (tierra de príncipe), el
grupo de rezanderos y danzantes de Teloloapan: Sucel Arroyo Guadarrama, Teresa
Rodríguez Barrera, Yatzire Mendoza Urióstegui y el maestro José Trujillo.
La ocupación
fundamental de los habitantes de Coatepec es la labor agrícola, complementada
con las artesanías, siendo tal vez más importante ésta última, debido a la
circunstancia de que es una actividad hereditaria. La ganadería goza de amplia
difusión, aunque suele tratarse de ganado corriente el que se maneja.
Agua-cerro y la montaña sagrada. |
El nombre náhuatl
altépetl, “agua-cerro”, se refería a dos elementos naturales que eran
indispensables para la vida de cualquier pueblo: un manantial o fuente de agua
para beber y regar los cultivos, y una montaña sagrada, que era el “corazón del
pueblo” donde vivía su dios patrono y también los antepasados de la población,
explica el investigador ya en la cima donde está el Huey Teocalli.
PETICIÓN
DE LLUVIA
En los rituales de
petición de lluvia destaca el papel de los rezanderos, pedidores o invocadores
de la lluvia. Estos personajes han jugado un papel importante en la
conservación de los ritos tradicionales, ya que se desempeñan como
interlocutores entre las necesidades de la comunidad y las fuerzas naturales.
Considerados sacerdotes tienen el poder y el don, así como la magia para
invocar y pedir la lluvia.
Hay que retomar ese atzacilixtle, señaló. |
Hoy, precisa el
investigador, el objetivo en Coatepec es recuperar esta tradición. “Así como en
Zitlala se pelean, aquí en mi pueblo se peleaban. Recuerdo que se hacía en el
atrio de la Iglesia, pero desapareció, porque según el cura del pueblo, se
incitaba a la violencia y se perdió”.
“Por eso hoy
estamos aquí con el fin de retomar ese atzacilixtle (gritar la lluvia), bajo
una modalidad, a lo mejor mucho más espiritual, más ajustada a las normas de
convivencia actual, aunque no se descarta la posibilidad de que algún día se
vuelvan a retomar esas danzas de tecoanis, donde se peleaban a puño limpio,
como en Zitlala, en donde un golpe se equipara un trueno, y una gota de sangre,
a una gota de lluvia”.
Petición de lluvia.. |
Edmundo Delgado
precisa que, la intención de estar en este maravilloso lugar que identifica
como Huey Teocalli, es porque se necesita volver a nuestra cultura originaria,
volver al olmeca, a lo tolteca, a lo teotihuacano, a lo mexica, a lo maya;
aprovechar las cosas que nos pueden servir, practicarlas hoy, retomarlas con el
fin de proyectar a nuestro país como una identidad propia, libre de toda
invasión cultural religiosa de otros países, y así, recuperar todo ese sistema
de creencias, sistema espiritual que tiene que ver con las deidades del
Anáhuac.
LUGAR
DE ENERGÍA
Este es un lugar
de poder, asegura, –refiriéndose al centro ceremonial– un lugar de energía, un
lugar donde se respira espiritualidad, ya el maestro Trujillo por ahí señala,
que en ese maravilloso sonido de las chicharras hay un nombre náhuatl, porque
las chicharras son unos insectos que de manera natural se manifiestan en esta
temporada, como un preludio de lo que es la petición de lluvias.
El ritual. |
Los rezanderos
inician su andar, ha llegado el momento de efectuar los rituales por lo que hay
que trepar entre las piedras para llegar al sitio del núcleo ceremonial, con
los cantos de las chicharras en sinuosos coros estridentes, el zumbido del aire
que se filtra entre los árboles y el revoloteo de los zopilotes en el azul del
cielo y un sol intenso, se unen al rito al Huey Teocalli Yactépetl.
Los rezadores. |
Invocando a la lluvia. |
Los rezadores, una
vez en el núcleo ceremonial alistan sus instrumentos, el más representativo es
la trompeta de caracol o atecocolli, que hace referencia al caracol marino y su
sonido lo utilizan en las diversas etapas de las ceremonias y rituales como la
danza, el temazcal, la música, los cantos y el incensario, expidiendo el olor a
copal que purifica el alma y hace visibles los vientos, necesario en todo rito,
especialmente en los agrícolas y en las peticiones de lluvia.
Allá, abajo La Cueva del Diablo |
Es una distorsión, asegura. |
O meteo/ señor Huitzilopochtli/ señor de la fuerza/ señor de la voluntad/ tú que nos ayudas a vencernos asimismo/ te pedimos permiso para realizar esta ceremonia/ el olor del copal/ el sonido del atecocolli/ el agua que simboliza la vida…
“CUEVA
DEL DIABLO”
Durante el
descenso Edmundo Delgado cuenta de la famosa “Cueva del Diablo”, allá a lo
lejos en un cerro, de cual asegura que eso no es más que una distorsión para
efecto de darle una mala fama a esa oquedad de la madre Tierra; es una cueva,
pero no habita el Diablo no hay nada maligno yo ya la exploré, asegura.
“Es una cueva que
tiene un boquete grande, y conforme se va profundizando, va estrechándose e
incrustándose por debajo de la carretera hasta que se cierra el acceso. Hay
quienes afirman que esa cueva va a salir a otra cueva de Tuxtla Cuevillas.
Aunque no tengo ese dato comprobado.
¡Tláaaaaaaaaaaaaalooooooooc! |
“CULEBRA
VOLADORA”
No obstante, hay
otros mitos como el de la “Serpiente Voladora”, que según se platica que hace
muchos años, en el cerro Yactépetl vivía una serpiente grande y gorda que tenía
alas, porque ya era vieja y cuando tenía hambre volaba a los pueblos cercanos para
comerse a la gente, a los señores, a las señoras y a los niños...
Por la culebra le
quedó el nombre a Coatepec, que significa “cerro de la serpiente”, porque aquí
estaba la zipitel, la piedra donde ella dormía todos los días hasta que la
mataron”.
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