Organización Informativa del Sur (OIS)

EDITORIAL

La estocada de

López Obrador,

en la recta final

 

En la recta final de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador prepara su estocada final en contra de los órganos autónomos; el 5 de febrero enviará una iniciativa con la que plantea eliminar a instituciones como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), entre otros.

Expertos consideran un riesgo que no debe minimizarse, porque pondrá el tema a discusión en plenas elecciones presidenciales y, de concretarse, con la siguiente legislatura del Congreso, puede significar un retroceso de décadas para México.

“Onerosos”, “facciosos”, “antipopulares”, "que no sirven para nada" y un “legado del periodo neoliberal”, así es como el presidente López Obrador ha llamado a estos órganos, a los que se les destinan 66,798 millones de pesos como presupuesto.

“CONCENTRACIÓN DE PODER”

Especialistas consideran que las críticas que el presidente López Obrador ha lanzado en contra de los órganos autónomos son un reflejo de la incomodidad que representan para un presidente que ha optado por "concentrar el poder".

Los órganos autónomos son molestos para el presidente porque fueron construidos para limitar el poder presidencial, para limitar la arbitrariedad del Estado y para fungir como contrapesos o balances al poder presidencial. Ese fue uno de los pilares de la transición a la democracia en México al construir organismos autónomos que limitaron al Poder Ejecutivo y, sin duda, pues resultan incómodos para un presidente como López Obrador que tiende a ejercer el poder de manera unipersonal y arbitraria”, así lo consideró Jacques Coste, internacionalista, historiador y consultor político.

EN LOS AÑOS 90

El surgimiento de los órganos autónomos en México se remonta a la década de los años noventa con el Banco de México, el entonces Instituto Federal Electoral y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).


En las siguientes dos décadas se sumaron el entonces Instituto Federal de Acceso a la Información (hoy Inai), el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, el cual ya fue eliminado), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Desde el inicio de su gobierno, López Obrador ha atacado a los órganos autónomos, exhibido los sueldos de sus directivos y ha propuesto que las secretarías de Estado asuman sus funciones.

Sin embargo, la tabla con la que mide el mandatario federal no ha sido la misma para todos. En los más de cinco años de su gobierno, sus señalamientos van dirigidos principalmente en contra del INE, el Inai, la Cofece, la CRE y el Ifetel.

OPERACIÓN PELIGROSA

“Esta propuesta de borrarlos de un plumazo es muy peligrosa y es un despropósito porque, en primer lugar, perderíamos al árbitro electoral autónomo e independiente, lo que comprometería la posibilidad de organizar elecciones limpias, libres y justas con eso. El Estado volvería a organizar las elecciones, y sin duda, habría una cancha electoral dispareja a favor del partido en el poder. Esa sería la principal implicación”, considera Jacques Coste.

Con esto coincide la experta de México Evalúa, quien considera que el Estado puede asumir las funciones de los autónomos, pero con implicaciones para los ciudadanos.

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