Organización Informativa de Sur (OIS)
EDITORIAL
La
mentira en
tiempos de
elecciones
En el socialismo:
un docente para 60 alumnos. Un médico para 300 enfermos. 40 escoltas para un
corrupto. Asimismo, en países con sanciones de Estados Unidos: Rusia tiene
petróleo y refinerías, tiene gasolina. Irán tiene petróleo y refinerías, tiene
gasolina. Siria tiene petróleo, refinería y guerra, tiene gasolina. Venezuela
tiene petróleo, cinco refinerías y no tiene gasolina, tiene socialismo, señala
David Morán, quien es venezolano, demócrata liberal e ingeniero Industrial, y
quien formula que la industria de la mentira es una industria descomunal.
Si se pregunta,
menciona, cuáles son hoy las industrias más grandes, las más poderosas, las que
más dinero producen se tienen que nombrar a la industria tecnológica e Internet
(Google, Microsoft, Apple, Facebook) también están petróleo y energía, la industria
farmacéutica, la automotriz, banca y seguros, entre otras.
INDUSTRIA
DE LA MENTIRA
Lamentablemente hay que incluir en la lista a la poderosa mafia de las drogas que sabemos mueve ilegalmente enormes cantidades de dinero, pero hay otra industria (entendiendo por industria a un conglomerado de negocios) que también es ilegal, inhumana y criminal, pero que se disfrazan con mucha inteligencia y astucia. Produce más dinero que cualquiera de las anteriormente nombradas, es una industria que explota la ignorancia, los complejos y resentimientos de la gente, es la industria de la mentira.
No sólo produce
enormes cantidades de dinero, genera más poder, lujos y privilegios que los que
pueden tener cualquiera de los dueños de las más poderosas empresas del mundo.
Fidel Castro, luego de imponer el socialismo en Cuba, dispuso de más dinero y gozó
de más poder y privilegios de los que pudo tener Henry Ford o Steve Jobs.
¿LÍDERES
SOCIALISTAS?
De la misma forma, cualquiera de esos «líderes» que se hacen llamar «revolucionarios», sus amigos y familiares tienen hoy más dinero, poder y privilegios que Jeff Bezos o Bill Gates. Esa «industria» se llama socialismo.
Llevamos 100 años
menospreciándolos creyendo que es una ideología absurda, obsoleta y fracasada,
y eso es justamente lo que ellos quieren que pensemos. Es una industria, una
fórmula, una metodología diseñada para adueñarse y saquear los países.
Venezuela es un
ejemplo vivo de esa tragedia.
Resulta
interesante constatar la importancia que daban los antiguos a la palabra. En un
estupendo libro, La curación por la palabra en la antigüedad clásica
(Barcelona, 1987), Pedro Laín Entralgo nos cuenta cómo los griegos antiguos
otorgaban al logos poderes curativos. (Logos es la palabra en cuanto meditada,
reflexionada o razonada).
RETÓRICA
Y MANIPULACIÓN
Fue hasta la
llegada de la democracia cuando los griegos se percataron de los poderes
manipulatorios de la palabra. En un singular discurso, el Encomio de Helena, el
retórico Gorgias de Leontino dice lo siguiente:
«La palabra es un
soberano muy poderoso, que dotado de un cuerpo diminuto y casi imperceptible es
capaz de llevar a cabo hazañas realmente divinas, ya que puede detener el
miedo, mitigar el dolor, suscitar la alegría y provocar la compasión».
Como puede verse,
la lucha por el control de la palabra y del silencio, y por el monopolio de la
verdad y la mentira en tanto que armas políticas es tan vieja como la historia
misma.
PERSUACIÓN
Y PODER
La manipulación busca generar comportamientos con la intención de
favorecer intereses propios.
A través de diferentes técnicas se puede conseguir que las acciones, el
pensamiento o las emociones de otra persona o grupo de persona cambie.
Los políticos son uno de los principales grupos que utilizan a sus masas para controlarlas y llevarla a su terreno con ideas sustentadas en muchas ocasiones por mentiras y falacias. Este hecho es cada vez más propicio verlo cercano a las elecciones.
La manipulación se
puede llevar a cabo de varios tipos, lenguaje, en imágenes en los colores
utilizados durante las campañas y, más actual, en las redes sociales.
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